22.7.09

RENI (2ª parte)

Preguntó en los círculos donde ella se movía habitualmente, sin obtener nada en claro. Ese día volvió algo cabizbaja, pero no se rendiría; algo en su interior le decía que debía seguir.
A la mañana siguiente, Reni madrugó más que de costumbre y, por fin, Inés pudo entrar a la habitación para airearla, antes del mediodía.
Después abrir las persianas, vio algo en el suelo que le llamó la atención: era un papelito muy bien doblado. Con curiosidad, lo fue desdoblando y pensó: “Quizás pueda hallar una pista”, pero sólo había unas cuantas palabras escritas que, a simple vista, no le decían nada, incluso alguna ni entendía y la dejó encima de la mesilla. Siguió dándole vueltas a la cabeza y, cuando ya se marchaba de la habitación, se vuelve, desdobla el papel y es cuando se da cuenta de que aquellas palabras que no comprendía no estaban escritas en castellano. Entonces recordó la primera impresión que tuvo del chico: era extranjero. “Ya es algo”, pensó.
Vía Mezzocannone -repitió en voz alta- diría que es una palabra italiana. Volvió a dejar la nota en la mesita y salió de la habitación.
Un día llevó a otro día, y fue pasando ese verano. Ella, sin intención de buscarse un trabajo y él, ¡quién sabe de qué vive!
Atando cabos, como se suele decir, pudo saber más adelante que tenía una baja por enfermedad y fue entonces cuando comprendió todo.
Aunque poco a poco se iba enterando de cosas, Inés sabía que algo flotaba en el aire, algo que le traía mal presagio. Será un tópico decirlo, pero las madres poseemos un sexto sentido que rara vez nos falla, y ésta no iba a ser una excepción.
A principios de invierno, llegó a casa un día con aires de completa decisión diciendo a Inés:
- ¡Mamá , me voy a Italia con Adriano!
Su madre, que prefería que fuera una broma, sabía que si lo decía era porque ya lo tenía más que decidido y lo haría.
Casi no le dio tiempo para asimilarlo, porque antes de Navidad se habían marchado.
Al principio, recibía alguna que otra llamada, pero cada vez fueron más distanciadas y siempre tenía su teléfono con las llamadas restringidas. Hasta que, un día, después de cinco lagos años, suena el teléfono y, al descolgarlo, oye la voz de una teleoperadora preguntando si acepta una llamada a cobro revertido. A Inés le golpeaba el corazón, casi visiblemente en el pecho, al oír “procedente de Milán”. Con la voz entrecortada, Reni le decía que la echaba de menos y lo estaba pasando muy mal. Sólo con escuchar aquello, esa llamaba de auxilio, Inés tomó el primer avión que le fue posible y, en dos días, estaba con su hija.

10 comentarios:

BlueMoon dijo...

Iba a ser mala e intercalar alguna que otra poesía entre parte y parte del relato... pero los voy a poner seguidos porque son unos cuantos y se os va a hacer demasiado largo.
Besos a todos.

sara dijo...

Por fin la segunda parte!!Me ha gustado mucho.

besoss Paqui.

Sara

Panchu dijo...

Muy bien,cuantas partes,eso para darle mas emocion,ya de por si tiene bastante tanta que supera la ficcion.Mucho exito para las dos.Un beso

Paqui dijo...

Mi Bluemoon: yo se que no eres tan
mala, a mi tambien me hace ilusión.
Gracias, muaaaa.

Sara: ahora a esperar otra vez, que vamos a hacer...
Besos guapetona.

Panchu: no hace falta que me lo digas dos veces, jajaja. Es broma.
Que sigas disfrutando de tus vacaciones. un beso.

Soñadora dijo...

Es que la intuición de madre rara vez falla! Bluemoon, no seas malita y no intercales si? Nos dejas en suspenso.
Besitos,

Anónimo dijo...

Las madres pocas veces se equivocan, y ninguna vez fallan. Allí estaba ella, pese a todo, a pesar de todo...

Besos.

Paqui dijo...

Soñadora:
Diavolo:
Ésta mujer siempre nos deja así, Aunque yo lo haya escrito, espero también ansiosa.
Besotes para los dos.

apm dijo...

Ay Blue... es que una madre es una madre, para intuir y tambien para salir pitando y ser el primer apoyo, el más incondicional, el que está siempre.

Yo quiero que la historia termine bien...!que más te da, anda! por fa, ya está bien de sufrir

Te mando un besote (gordito y sonoro), ya sabes

Paqui dijo...

apm: paciencia, ah el final está escrito, te recuerdo que la historia es real como la vida misma. Gracias por tu visita. Besos.

BlueMoon dijo...

Pacieeencia, pacieeencia, jijiji.
Besos a todos.