30.12.08

Balance


Con la mente libre,
mis manos atadas,
débiles mis pasos
y triste el corazón.

Volví mi cabeza
para hacer balance,
mirando aquel río
de desilusión.

Paradas sus aguas
por falta de corriente,
no tuvieron fuerzas
para ir al mar.

Volverán las lluvias
y nuevos afluentes,
caerán las hojas,
mi sol brillará.

Brisa de alborada


Tras la noche oscura,
brisa en la alborada,
interrumpidos sueños,
suspiros a la nada.

Caminar entre la bruma
hallando la esperanza
en diálogos mudos
de conversaciones largas.

En nuestras sombras fugaces
que antes escapaban,
ahora se vislumbra
la luz de la mañana.

29.12.08

Árbol de pimienta

Corazón de niña,
¿cuántas horas pasaste
mirando en la distancia?.

Olvidando deberes,
quizás... demasiados
para tu corta infancia.

Palpitando tu pecho
sin saber qué pasaba
si al verle, temblabas.

Aquél viejo árbol
de pimientas rosadas,
hoy símbolo muerto de mi casa.

Su complicidad callada
en aquellos momentos,
llorosas hojas sin lágrimas.

El tiempo pasó, ya no eres nada,
tan solo un recuerdo
en mi mente enmarañada.

27.12.08

Para Mamaína

Mi ángel de la guarda
que fueras me gustaría,
y que me guiaras siempre
en mis noche y en mis días.

Pensé que serías eterna,
que jamás te marcharías,
con lo bien que lo pasabas
aquí a la vera mía.

Era un estudio pequeño
pero tenía confort,
sobre todo no faltaba,
ni en un rinconcito, amor.

Aquel amor que dio su fruto
que estuve a punto de perder,
pero con tu cuidado y cariño
nació Estrella, ya lo ves.

Dos semanas tuve que estar
sin moverme de la cama,
¡con cuanto amor me atendías!
Para que no me faltara nada.

En el hospital estuve
ingresada otros tres días
y en mi mente te recuerdo
allí a la vera mía.

Con nosotros, Mamaína,
sé que lo pasabas bien,
pero me quedó la pena
que nuestra última casa
no llegaste a ver.

Estuviste varias veces
a punto de venirte,
pero con casi 90 años,
tú al final te rendiste.

Tú que superaste siempre
con fortaleza tus penas,
pero con la voluntad de Dios,
con esa... no hay quien pueda.

Aunque tardaste en llegar,
ahora estarás con tus hijos,
los que jóvenes perdiste,
demás familia y marido.

Tengo una sensación extraña,
como si estuvieras aquí...
siento como tu mirada,
fija al verme escribir.

Aquella mirada dulce
que ahora tengo en mi mente
y aquel color de tu cara,
que lo recordaré siempre.

Te recuerdo en el 10-7
en un rincón de la terraza,
haciendo ganchillo al sol
y siempre puestas tus gafas.

Te ibas por el jardín
y en un banco te sentabas,
mientras hacías ganchillo,
Estrella en el césped jugaba.

Sacaste un día de tu bolso
un ovillo de hilo blanco,
lo deshilabas de un lado
y en el otro ibas hilando.

Me sorprendió lo que hacías
y me quedaba mirando,
y al final había unos billetes
(no me acuerdo muy bien cuantos),
que un tiempo atrás para mí
tú habías ido ahorrando.

Quiero recordarte siempre
en todo momento así,
haciendo el bien a la gente
y aquellas ganas de vivir.

Esta poesía, la más larga que ha escrito hasta el momento, la dedicó a su abuela materna, Mamaína (diminutivo de Mamá Catalina), poco tiempo después de "irse para siempre" en 1991. La presentó en el concurso del X Encuentro de Escuelas de adultos de la Marina Baixa, en el que obtuvo el segundo premio, el cual recogió acompañada de su orgullosa hija.

16.12.08

Pequeña Morenita

Paqui, era una pequeña morenita nacida muy cerca de la andaluza ciudad de Málaga. Era la tercera de seis hermanos. La vida nunca fue fácil para su familia, que recibía escasos ingresos gracias al duro trabajo en el campo. No obstante, no tuvo una infancia triste, a pesar de ausentarse muy a menudo en el colegio para colaborar en casa.

El tiempo fue pasando y Paqui tuvo que dejar definitivamente sus estudios. Siendo adolescente, decidió llevar el bar "Los Caminos", situado cerca de la casa de sus padres, junto al menor de sus hermanos. Por allí andaba un joven que le rondaba a ella y a su hermana pequeña, y que finalmente se decidió por ella, casándose tras más de dos años.

Tres años (menos un día) después, nació la única hija del matrimonio, la misma que ahora está escribiendo estas palabras para "inaugurar" el blog-sorpresa que, poco a poco, irá llenándose de las muchas poesías y poquita prosa que la protagonista ha escrito durante estos últimos años. La pequeña morenita (que tampoco creció mucho más con el paso de los años) empezó a escribir desde que tenía 14 años pero aquellos versos se encuentran en paradero desconocido.