
donde la vida
me cede el paso,
ya siento el vacío
y al futuro me anticipo.
Tu niñez lejana...
y a la vez, tan cerca,
de entre mis manos
se escapa,
se desliza como el agua.
Siento el agridulce
sabor a despedida,
no para siempre...
pero sí el día a día,
amanecer sin ver tu cara
tardes largas y vacías
mas si pienso, no es nada,
esa es tu vida.
5 comentarios:
Uy... qué bonito... ¿suena a despedida de madre e hija? Mmmm... en todo caso, esa frase "donde la vida me cede el paso" me ha gustado muchíiiiiisimo.
Besos.
Sí, jejeje, una despedida de madre e hija que duró más de cuatro años gracias al contructor-promotor de la obra.
Besotes, Diávolo.
Muy sensibles las palabras de este poema, tocan mi corazón !
Besitos,
Diavolo: Pues si, suena a despedida, madre e hija... La verdad es que tengo suerte, aprovechamos cada momento que tenemos para quedar y estamos en contacto siempre, para todo. Besos.
Tú vuelo...
Cómo nos cuesta a las MAMÁS... dejarles ir.
Bonito...
Saludos...Consuelo.
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