No quisiera oír ni tu voz ni tus pasos,
decidí liberarme sin dolor,
tras mi sombra agazapada, te siento reír.
En mi soledad, hallas tu regocijo,
postrándote en un rincón de mi alma
y tú... sigilosamente, te adueñas de mi.
Creí sepultar emociones entre verde esperanza,
caminando a ciegas por azules de mar,
pero hoy quiero hacer balance
robándole al tiempo mi vieja conciencia.
decidí liberarme sin dolor,
tras mi sombra agazapada, te siento reír.
En mi soledad, hallas tu regocijo,
postrándote en un rincón de mi alma
y tú... sigilosamente, te adueñas de mi.
Creí sepultar emociones entre verde esperanza,
caminando a ciegas por azules de mar,
pero hoy quiero hacer balance
robándole al tiempo mi vieja conciencia.
.
4 comentarios:
Pues esta sé que me ha gustado. Ojalá pudieramos robarle al tiempo no sólo la conciencia...también la vida.
Bésix
Tienes tanta razón, es tan cierto, tan real lo que dices.
Me ha encantado, es precioso paqui
Un besos muy fuerte de tu niña gallega
sara
MUY bonita pero¿como se pone en practica?¡nada aqui con mis refleciones!je,je,
!Que poemazo más bonitooooo!, y además de precioso, resulta que estoy de acuerdo contigo a pie juntillas, sí, a veces es absolutamente necesario robarle al tiempo la conciencia, robársela y liberarse de ella siquiera unos momentos.
Un besote de esos enormísimos
Publicar un comentario