20.2.10

¿CÓMO NO PENSAR EN TI?

A mi abuela...
.
¿Cómo no pensar en ti?
si te marchaste un día sin despedirte,
después de tantos años, te perdí,
se fue apagando tu vida, te fuiste.

¿Cómo no pensar en ti?
Te veo en todas partes,
donde tanto sufriste,
donde tanto amaste.

¿Cómo no pensar en ti?
si eras todo dulzura,
siéndote todo difícil
en tu vida tan dura.

¿Cómo no pensar en ti?
En mi mente te tengo noche y día:
con sienes blanqueadas,
en tu cara, siempre una sonrisa.

11 comentarios:

mardelibertad dijo...

Bonito homenaje, después de tantos año de su partida yo aun recuerdo a mis abuelos que tanto amor me dieron.
Abrazo

Anónimo dijo...

Enternecedor recuerdo, Paqui.

Un fuerte abrazo.

Panchu dijo...

¿como no pensar en ti?
¡Hay tantos recuerdos,verdad!besos

Natacha dijo...

Ay... tocaste mi punto débil, amiga.
Mi abuela fue alguien muy especial, pero ¿sabes algo? nunca se fue, sigue por ahí, regalándome todo el cariño que siempre he necesitado.
Un beso, preciosa
Natacha.

sara dijo...

Precioso homenaje a tu abuela. LLeno de recuerdos, de historias...Maravilloso Paqui

besos y abrazos de tu niña gallega

sara

Matthew dijo...

Que debil es la mente humana..
Se nos va el pensamiento

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Paqui:

Hermosos recuerdos guardas de tu abuela, se nota que fue una gran mujer y que le profesabas mucho cariño.

Abrazos.

Soñadora dijo...

Aunque se van, en realidad permanecen en nuestro corazón, y siempre están presentes!
Besitos,

Yuuki dijo...

Precioso homenaje a tu abuela Paqui.Pero...¿sabes que?Los seres queridos nunca desaparecen siempre y cuando los recordemos.
¡Un abrazo!

HADALUNA dijo...

Llevo un tiempo un poco desconectada del mundo bloguero, pero a pesar de eso no puedo dejar de pasarme hoy por tu rinconcito.

Besitos dulces.

apm dijo...

!Ay Paqui que bonito!, que poemazo tan bonito por dios... ¿tienes razón, como no echar de menos a las abuelas?, la mia (la que conocí, -mi abuela materna-, mi otra abuela murió antes de que yo naciera) era una abuela tal que así como tu la has descrito en tu poema, de sienes plateadas, siempre con la sonrisa en los labios, buena buenísima, dulcísima para con sus nietos, y también se fué un día sin despedirse.
Ella era fuerte, no se ponía enferma casi nunca, había pasado la guerra de niña y la terrible postguerra y eso la había hecho como de hierro, pero resulta que se resfrió en un invierno algo más crudo de lo normal, ese resfriado al que ella no le dió importancia, se le complicó con una neumonía y en un visto y no visto se marchó...
!Cómo me ha recordado a mi abuela tu poema!, !que bonito!, !que preciosidad!... si están por el cielo las dos, seguro que se hacen amigas, porque se parecían muchísimo.

Un besote, como siempre, uno de los gordísimos y bien sonoros