
Cuando entró en la habitación fue directamente a la cama; sólo deseaba tumbarse, cerrar los ojos y dejar pasar las horas. La vida le había hecho pasar por muchos momento difíciles, éste sólo era uno más. Se tomó un tranquilizante, que ya tenía recetado por su médico.
Así fue como despertó, con los rayos de sol dándole en la cara. Sonó el teléfono. Era Reni, habían quedado para comer los cuatro en un restaurante típico muy conocido.
De camino se iba haciendo una pregunta: ¿Cómo enfrentarme ahora a los dos? Pero, al verles, solas llegaron las respuestas: se abrazaron y les dijo que estaba con ellos para todo.
A los tres días, venía de vuelta, esta vez en autobús; ahora no tenía ninguna prisa y no se podía permitir el lujo de volver en avión. Se le hizo muy largo el viaje, casi todo el tiempo lo pasó con los ojos cerrados, pensando en la situación que dejaba atrás; pensando en todo aquello, por unos días, había olvidado los problemas que ya arrastraba hacía años. Luisa, su hija pequeña, también anduvo con las drogas y, cuando lo supieron los servicios sociales, casi le quitan a su hijo de pocos años. Inés ahora tiene a su nieto en acogida hasta que Luisa salga de un centro de rehabilitación; lleva un año y aún le queda otro, si continúa como va.
Por su mente iba pasando como un torbellino cada vivencia, cual película a cámara rápida, incluido su problema personal que, aunque a ella le duela reconocer, está ahí, como los demás; la ludopatía, que es algo que lleva arrastrando desde hace años y que cada vez que aumentaban los contratiempos se hacía más latente.
Una vez que llegó a la rutina de siempre (aunque con más carga a sus espaldas), los días y los meses seguían, las noticias de Reni, cada vez más desesperanzadoras, hasta que un día llegó el fatal desenlace, Adriano, después de varias semanas en fase terminal, falleció.
Reni continuó unos meses más en casa de Sofía a petición de ésta, además se sentía a gusto haciéndole compañía, pero terminó por cansarse. Hizo una llamada a Inés desde Madrid, diciéndole que estaba en camino.
Aun habiendo pasado más de cinco meses, seguía visiblemente apenada, no salía de su habitación, ni quería hablar con nadie. Al verla en ese estado, Inés quiso sonsacarle e intentar que le diera alguna explicación, a lo que ella respondió: “Tengo que irme con él”. Atónita por aquella respuesta tan inesperada, a Inés se le paralizó todo su cuerpo. A consecuencia de esto tuvieron que llevarla a urgencias.
15 comentarios:
Escribes como una artista!! La cuarta parte ha sido alucinante.
Muchos besoss Paqui
Sara
Espero que sigas, quiero mas
Besos desde mi mar de libertad
Madre mía...que vida...uffff
Besix
Sara: ¡Qué mas quisiera yo! pero gracias. Besos.
Mardelibertad: Si, todavía queda, pero como nos lo estan racionando... Besos.
Calvarian: ¡Y lo queda...
Bexis para ti.
Mi Bluemoon: La foto es preciosa, para emocionarse. Gracias.
Un besote.
Paqui, vengo recomendada por Luis (Calvarian) que me ha hablado muy bien de tí y me ha insistido en que te lea.
Ya conocía a Blue Moon, pero con tu permiso me quedo por aquí echando un vistazo, pues lo poquito que he visto me ha gustado.
Te mando un beso de domingo.
Gracias por tu visita Hadaluna, yo encantada. Es un honor que vengas recomendada por Calvarian.
Sólo había publicado poesía pero "mi Bluemoon" sabía de este relato, y como es ella la que cuelga, me dió la sorpresa, sólo que, poco a poco.
Nos vemos, yo he leído algo tuyo y también me gustó.
Besos.
Con tu permiso te enlazo en mi blog para seguir leyéndote.
Besos de buenas noches.
Que vida tan sufrida la de Inés. Ojalá que Reni pueda tener algunos momentos de paz.
Besitos, (es que me tienen enganchada!!!!)
Hola Soñadora: Gracias por seguir esta historia, un día de estos estará la proxima. Un beso.
Paqui dile a Bluemoon que cuando una hitoria es tan apasionada no se puede esperar,se lee del tiron,asi hay mas de un impaciente. ¡¡BIEN,un beso alas dos
Hola Pachu: Ya está al caer la siguiente, la pobre es que tiene poco tiempo. Un fuerte beso.
Hola, Paqui...
He leído las cuatro partes y ya tomé el hilo de la historia, estoy atrapado y espero ansiosamente continuar leyendo.
Es una historia muy bien narrada, relata una historia de la vida real que bien puede su sucederle a cualquiera.
Estaré pendiente hasta el final,
Abrazos.
He leído el relato desde el principio, puesto que no había estado... me ha gustado mucho y ese triste final... No sé si es el final, final... Espero que no.
Hay vidas por ahí muy complicadas, muy tristes y que lo dan todo por amor...
Un beso, cielo.
Natacha.
Hola Panchu!
Me gusta dejar con la intriga y, tal como es el relato y como está redactado, me permite cortarlo en bastantes trocitos, jeje.
Sólo los más "enchufados" han podido leerlo de un tirón ;-)
Muchos besos.
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