
hundiendo sus pies
por largos senderos
sin un horizonte mirando a lo lejos.
Y son “diferentes”, ya lo creo;
¡es la cobertura que da su pellejo!
no la sangre roja que va por sus venas
y da vida a sus cuerpos.
Cual fieras apestosas sin remedio,
dan la vuelta al mundo
sus ojos sangrientos,
manos agrietadas, ¡¿cuánto daño hicieron?!
Cruzar la alambrada buscando sustento
y hoy... hoy van esposadas
camino del desierto, esos “criminales”
¡¡¡¿cuánto daño hicieron?!!!
1 comentario:
Este poema va incluido en el libro que se está editando, "... pero nos queda la palabra".
Impresionante la foto. Cruda realidad.
Un besote fuerte.
Publicar un comentario