
clavada en la cima del monte.
Cuántas veces te miré perpleja,
suspendida en el aire pareces de noche.
Cuántas veces tu silueta erguida
iluminando tu luz en el horizonte.
Cuántas veces, desde mi balcón,
te buscó mi mirada perdida.
Cuántas veces, en la madrugada,
te pedí mil deseos si dormir no podía.
Con el tiempo he perdido tu norte,
pero jamás de mi mente, te haya perdida.
Y volví a mirarte como entonces,
al llegar el alba cada día.
Y sigues clavada en el monte,
en la oscuridad, en el aire pareces prendida.
Hoy volvieron a mí los recuerdos
y nostalgias que nunca se olvidan.
Quizás tenga que darte las gracias,
por la paz que he encontrado en mi vida.
2 comentarios:
La cruz de la foto es la real, aunque de día no es lo mismo y no he podido conseguir otra.
Besotes!
¡Ya decia yo... que tan parecida, donde la habías encontrado.
Cuántos recuerdos, después de no se cuantos años volví a verla cada día las cinco y media de la mañana cuando iba, a trabajar y fue una gran sorpresa.
Grcias guapísima.
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